El ensayo conductual en imaginación es una habilidad psicológica con un uso cada vez más frecuente en el ámbito del alto rendimiento deportivo. Su empleo se orienta principalmente al aprendizaje de habilidades deportivas, especialmente en los casos más complejos y se basa en la práctica en imaginación de las conductas-objetivo, es decir, de aquellas conductas que queremos que el deportista interiorice.
El uso de esta estrategia tiene lugar en sesiones de trabajo específicas en las que el deportista reproduce mentalmente los movimientos correspondientes a la ejecución de un determinado gesto deportivo, y, al mismo tiempo, puede manipular la velocidad para detectar y dominar los pequeños detalles que resulten esenciales. Incluso puede utilizarse también esta técnica en los momentos previos a un entrenamiento para repasar los movimientos correspondientes justo antes de intentar ejecutarlos en vivo.
Por tanto, en líneas generales, la utilización del ensayo conductual en imaginación tiene los siguientes objetivos:
- Ejecutar movimientos técnicos, para su adquisición y perfeccionamiento.
- Dirigir la atención a estímulos concretos para mejorar la conducta táctica.
- Exponer al deportista a la situación real de competición.
- Entrenar competiciones concretas.
- Practicar algunas acciones justo antes de ejecutarlas.
- Provocar sensaciones positivas y asociarlas a estímulos potencialmente estresantes. Aquéllos estímulos que, por ejemplo, se producen en una competición.
- Realizar feedback de la actuación en una competición. Servirá para analizar los errores y aciertos en la misma.
- Según algunos autores, puede contribuir en algunos casos al proceso de recuperación de una lesión.
Evidentemente, este tipo de entrenamiento requiere un nivel de concentración y de autoconocimiento muy alto, ya que el deportista debe imaginar cada situación con la suficiente claridad como para poder incorporar todos los sentidos necesarios para reproducirla fielmente. Además, deberán hacerlo desde una perspectiva interna (eso es, siendo ellos los propios ejecutantes de la acción) y ser capaces de modificar la velocidad de ejecución de la conducta.
Así, es posible utilizar esta técnica en prácticamente cualquier deporte. En el ámbito del ciclismo de montaña, un biker, tras reconocer el circuito en el que realizará una competición, puede reproducir mentalmente dicho recorrido para poder limar cualquier error que ejecute en vivo. Puede parecer una utopía, pero son muchos estudios los que han certificado un importante grado de mejora en los deportistas que usan la práctica por imaginación. Es más, en el alto rendimiento y en cualquier deporte (pasando por algunos tan distantes como la fórmula 1 y el judo) está tomando una gran relevancia. Como podemos ver, la psicología cada vez adquiere un papel más determinante en el deporte…
Diego Martínez García
Lcdo. Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Colaborador de |