Este artículo es solo para fines informativos. El brote actual de coronavirus es un evento continuo y algunos detalles pueden cambiar a medida que haya nueva información disponible.
Ninguna de la información aquí debe interpretarse como consejo médico. Si sospecha que puede tener una infección de cualquier tipo, busque ayuda médica de inmediato.
Este artículo se centrará en los factores genéticos que pueden influir en la respuesta del cuerpo al COVID-19. Para obtener más información sobre la enfermedad, incluidos los síntomas y la prevención, Consulte estos recursos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades..
El brote actual de la enfermedad por coronavirus, más conocido COVID-19, es una enfermedad causada por una infección viral conocida como SARS-CoV-2 (anteriormente 2019-nCoV) [1].
En general, la gran mayoría de los casos de COVID-19 son leves y tienen síntomas similares a los de un resfriado. [1].
Sin embargo, se estima que alrededor del 14% de los casos son graves y el 5% de los casos conducen a una enfermedad crítica, según datos preliminares de los centros chinos. [2].
La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor del 3.4% de los casos de COVID-19 en todo el mundo han muerto [3].
Si bien es probable que estos números cambien a medida que aprendamos más sobre la enfermedad, parece que COVID-19 puede afectar a ciertos grupos de personas de una manera diferente.
La investigación inicial sugiere que la gravedad y la susceptibilidad al COVID-19 pueden estar influenciadas por la edad, el sexo, la ubicación geográfica y las condiciones de salud subyacentes. [1, 2].
Curiosamente, existe alguna evidencia de que la genética puede desempeñar un papel en la gravedad de la enfermedad. Específicamente, el ACE2 un gen puede tener interacciones importantes con el coronavirus [4, 5].
Coronavirus en realidad se refiere a un grupo de virus, incluidos el SARS, MERS y SARS-CoV-2 (el virus responsable del brote actual de COVID-19) [6].
Los virus, en general, actúan invadiendo las propias células del cuerpo y utilizando los componentes internos para ayudar a replicarse y propagarse.
El virus SARS-CoV-2, en particular, parece ingresar a las células humanas al unirse a la Receptor ACE2, que actúa como un punto de entrada para el virus [6].
El receptor ACE2 generalmente juega un papel importante en la regulación de la presión arterial y el equilibrio de líquidos corporales. [7].
Los receptores ACE2 se pueden encontrar en las vías respiratorias del cuerpo, lo que los convierte en un objetivo para diferentes tipos de virus. [7].
Un estudio reciente sugiere que puede haber un vínculo entre la genética y la respuesta corporal o la susceptibilidad al SARS-CoV-2 [4].
Los investigadores de este estudio identificaron varios ACE2 intercambios que son mucho más comunes en las poblaciones de Asia oriental en comparación con otros grupos.
Algunas de estas versiones (también conocidas como SNP) incluyen rs4646127, rs2158082, rs5936011, rs6629110, rs4830983 y rs5936029 [4].
En todas estas variaciones, el alelo principal (alternativas más comunes) está presente en más del 95% de las personas de las poblaciones de Asia oriental. [4].
Por el contrario, menos del 65% de las poblaciones europeas tienen este gran alelo. [4].
El alelo principal en todas estas variantes está asociado con una mayor expresión de ACE2, que los investigadores teorizan que puede aumentar la susceptibilidad o la gravedad de COVID-19 porque esta variante genética puede causar más puntos de entrada. Suministro para el virus [4].
Sin embargo, se necesita más investigación para vincular el ACE2 gen y COVID-19.
Los investigadores de este estudio intentaron identificar a cualquiera ACE2 mutaciones genéticas que pueden haber evitado que el virus se una a las células del cuerpo, pero no se ha encontrado evidencia [4].
Tratamiento para el COVID-19
Directrices de los CDC
Cuándo buscar consejo médico
Si tiene síntomas de COVID-19, busque atención médica de inmediato. Si su ciudad, estado o país ha indicado un protocolo a seguir para las pruebas, siga estas instrucciones cuidadosamente. Si no es así, llame a su médico para determinar los próximos pasos.
El CDC señaló que la mayoría de los casos de COVID-19 deben tratarse en el hogar, buscando asesoramiento médico solo por teléfono. La razón de este consejo es que COVID-19 es altamente contagioso e incluso ingresar físicamente al consultorio de un médico puede transmitir el virus a pacientes en riesgo. Sin embargo, incluso si tiene un caso leve, su departamento de salud local querrá saber si tiene COVID-19. Por lo tanto, las personas con síntomas de una infección respiratoria por coronavirus deben llamar a sus médicos independientemente de la gravedad de esos síntomas. [8].
Cuidados en el hogar
Desafortunadamente, hay un momento sin vacunas, medicamentos o productos en investigación Aprobado por la FDA para el tratamiento de COVID-19. Si está enfermo o cuida a alguien en su casa, los CDC recomiendan que tenga el número de teléfono de su proveedor de atención médica y controle cuidadosamente los síntomas por temor a que empeoren. Los signos de advertencia de emergencia incluyen dificultad para respirar, dolor o presión constante en el pecho, confusión o un toque azulado en los labios o la cara [9, 10].
Como parte de cualquier régimen para la prevención de infecciones y la recuperación de una enfermedad, es extremadamente importante concentrarse en la higiene y la relajación.
La investigación en curso
Actualmente, los investigadores están tratando de identificar agentes potenciales para la prevención o el tratamiento de COVID-19. [11, 12].
En particular, el receptor ACE2 se ha destacado por su potencial como punto de entrada para el SARS-CoV-2. Los investigadores están investigando tratamientos que inhiben la unión del virus al receptor ACE2 [11].
Un ejemplo son los tratamientos inhibidores. TMPRSS2, una enzima que facilita el proceso de unión entre el receptor ACE2 y el SARS-CoV-2. Los estudios celulares preliminares sobre los inhibidores de TMPRSS2 tienen resultados prometedores [13, 11].
Otros posibles tratamientos incluyen otros agentes que pueden bloquear el receptor ACE2 o desarrollar vacunas. [14, 11].
Sin embargo, todos estos tratamientos se encuentran en etapas muy tempranas de investigación y aún no se ha visto su eficacia potencial.